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Mostrando entradas de marzo, 2011

La frustración en el deporte

La práctica regular de actividades deportivas resulta beneficiosa para el individuo. Mens sana in corpore sano. Esta evidencia ha generado una cultura de la actividad física que se ha instalado entre nosotros y ha llevado a muchas personas a practicar algún deporte desde una perspectiva de salud y ocio. Este movimiento a favor de la salud para todos a través del deporte ha posibilitado que muchas personas, después de una satisfactoria experiencia deportiva, se aficionan y conformen un grupo más o menos nuevo: los deportistas populares. Hecha la introducción, el post de hoy está relacionado con la frustración y la práctica de deporte popular. Los más alejados del universo deportivo tal vez se sorprendan por la asociación de ambos conceptos. ¿Cómo se va a frustrar quien no se dedica profesionalmente al deporte? Pues son numerosos los ejemplos que el otro día me comentaba Alberto Montero extraídos de la observación en su trabajo diario de entrenador personal. Nos frustramos cuando n

El miedo, el dilema sobre si huir o enfrentarse.

El miércoles pasado disfruté de una interesante sesión de reflexión sobre el miedo con un numeroso e interesado grupo de adultos. Sirva pues este post como resumen y colofón de la misma. Si pensamos en un sentimiento de ansiedad y/o inseguridad, causado por la presencia o por la anticipación de un estímulo que puede generar gran daño, y que te lleva a desear evitarlo, nos encontramos con el miedo, el temor, el pavor, el pánico, el terror. Pero ese estímulo puede estar en el mismo punto espacio-temporal que el individuo, o puede ser un riesgo potencial más o menos probable. Más allá de lo que es, o de cómo se define, el miedo nos sitúa ante la tesitura de reaccionar ante un elemento potencialmente peligroso que se encuentra en nuestro entorno. El miedo nos avisa, nos alerta, prepara a nuestro organismo para la huida o para la utilización de una energía extra con la que enfrentarnos con la situación amenazante. Si existe la opción de elegir, que la vida no siempre lo permite, el miedo

Paradojas emocionales

La observación de hechos curiosos resulta tremendamente útil para generar reflexión con la que intentar explicarlos. Hace tiempo que llama mi atención la convivencia en el mismo instante y en el mismo individuo de emociones que parecen contrapuestas o contradictorias, lo que serían las paradojas emocionales. Llorar de tristeza y reir a la vez, sentirse satisfecho por un acto y a la vez avergonzado, estar identificado y sentir desagrado por ello, estar enamorado y sentir deseo por otra persona, etc. Hay múltiples ejemplos de situaciones de la vida en la que nuestras emociones nos expresan vinculaciones contradictorias en el mismo contexto. Desde luego entiendo que es un asunto sobre el que profundizar mucho más pero sobre el que hoy dejaré algunas ideas: Las paradojas indican la complejidad de nuestro mundo emocional en el interactuan permanentemente nuestras diferentes facetas, nuestros intereses, nuestras experiencias, nuestras relaciones personales. Posiblemente la influencia de