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Mostrando entradas de agosto, 2014

La intimidad y los smartphones, la comunicación emocional en el siglo XXI

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Inteligencia emocional y "smartphones" Me acerco al medio siglo de vida. Seguramente por eso ya soy capaz de ver cómo ciertas cosas han ido cambiando mientras mi vida ha ido avanzando. Una de ellas, sobre la que me gustaría compartir algunas reflexiones, es la incidencia de los teléfonos móviles con conexión a internet, los conocidos smartphones, en la percepción de la intimidad de las distintas generaciones. La pregunta con la que arranco es: ¿cómo es la convivencia entre los sistemas de comunicación tradicional y los virtuales? La intimidad es, entre otras cosas, una sensación, y por ello forma parte del mundo emocional. Sentimos intimidad cuando nos comunicamos de manera en la que se pone en juego aspectos muy personales, profundos, importantes y/o esenciales de la persona. Entendemos, por ejemplo, que la vida sexual, la vida de pareja, la vida familiar son contextos en los que necesariamente se tiene que dar este tipo de comunicación. La intimidad tiene un

El respeto y las heridas emocionales

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Soy plenamente consciente de que vivimos en una sociedad que no se autoregula adecuadamente. Convivir es mezclar relaciones entre personas con diversos intereses que, en muchas ocasiones, no se conocen entre si. En ese contexto hay personas que actúan principalmente guiados por sus necesidades, entendidas como las exigencias de una individualidad egocéntrica. Estas personas generan con su comportamiento un ejemplo que crea una cultura en la que la ética no interesa, ni está de moda. Creo que las personas honestas son mayoría pero me alarma ver cada vez más ejemplos a nivel de calle, contagiados por un invisible virus que les legitima por el hecho de cada vez o bien sean más, o sean más visibles. Miradas de respeto El ego  y el interés propio, se enfrentan permanentemente con el respeto por los demás y con el interés común. Es verdad que el equilibrio es complicado de conseguir pero creo que muchas veces no lo intentamos seriamente. El sistema de convivencia es imperfecto, muy me