(Re)Generadores de energía organizacional, un nuevo empleo para el futuro.

Me gusta mucho leer acerca de lo que otros aventuran sobre el futuro que nos espera. Parte de la conversación radica en el cambio en el mundo laboral que traerá consigo nuevos puestos que a veces son difíciles de imaginar. Hoy me he levantado mitad inspirado mitad envalentonado y me voy a dejar llevar por mi particular lectura de lo que deseo y creo necesario para las organizaciones del siglo XXI. Voy a proponer una nueva figura profesional: el (re)generador de energía organizacional.


Tres niveles de energía de las personas que atender en las organizaciones.

Imagino que, como yo, casi todos los lectores salen de casa después de haber chequeado la batería de su teléfono móvil. Tal vez también la de su ordenador, la de su tablet, y quien sabe de cuántos instrumentos tecnológicos más. Lo hacemos porque sabemos que sin energía no funcionan, verdad? Perfecto!!! ¿Pero quien se encarga de la energía de las personas y la de las organizaciones de las que forman parte? Tradicionalmente se entiende que las personas nos recargamos durmiendo o cogiendo vacaciones y no hemos avanzado más. Por contra sabemos que hay contextos laborales tóxicos, o cuanto menos estresores, que consumen con más velocidad la energía de las personas. Sabemos que hay dinámicas laborales que generan obstáculos adicionales a la dificultad de las tareas que afrontan las organizaciones. ¿Quien se ocupa de esto? ¿La energía de las personas no es tan importante como la de las herramientas con las que trabajamos?

Si estamos de acuerdo con que debemos atender nuestras propias baterías hay dos preguntas que hay que hacerse inmediatamente. La primera es cual es la energía de las personas. Y la segunda es cómo se recarga.

La personas necesitamos de varios tipos de energías diferentes. No es tan sencillo como dormir o comer. Es evidente que eso es imprescindible, como la gasolina para el coche. Pero debemos vigilar y atender otros niveles que permiten que el motor no se gripe. Hay un segundo nivel de energía que es la remuneración o cualquier otro motivador externo. Hemos pasado décadas, incluso siglos, pensando que las recompensas económicas eran la base de la motivación. Pero también sabemos que cada vez más esto ya no es suficiente. La tercera energía es la emocional. Y en este punto me gustaría señalar que hablar de emociones y no de motivación es un salto cualitativo.

¿Cómo recargamos la energía organizacional?

Ya adelanto que la cosa no va de cargadores convencionales, aunque sí de la preocupación por recargar así como de disponer de los elementos necesarios para hacerlo. Para empezar hay dos vías que considerar: la de la propia organización y las de las personas.

- Recarga estructural. En este caso hablaríamos de todos aquellos elementos propios de la estructura que permiten generar energía emocional positiva. Podéis encontrar muchas referencias sobre ellos en el libro "El engagement en el trabajo" de Wilmar Schaufeli y Marisa Salanova. Aquí os dejo algunos de ellos:
* El feedback.
* Rotaciones en las tareas.
* Liderazgo positivo.
* El incremento de los recursos laborales.
* Desarrollo profesional y personal.
* Aumento de las emociones positivas.
* Cuidado de las relaciones sociales.

- Recarga individual. Cada uno de nosotros tenemos que saber cómo recargarnos de energía de manera autónoma. En este sentido los recursos de los que podemos tirar serían, entre otros:
* Focalización en las cuestiones relacionadas con mis fortalezas personales.
* Ejercer el agradecimiento y la apreciación de manera activa.
* Ejercer la solidaridad, realizar acciones con sentido más allá de lo obligatorio.


(Re)Generadores, una profesión con futuro.

Hablemos en serio. Una economía en la que el trabajo humano va a estar relacionado con la creatividad va a requerir de cuidar el óptimo funcionamiento de las personas. Vamos a sustituir la fuerza física que requería de espacios de descanso para recuperarse, o la dedicación manual que exigía ocio,  por la inteligencia compleja, especialmente la creatividad para la innovación. Pasaremos de ser fuerza laboral y de ser operarios a ser el valor de nuestras capacidades. Y para eso, amigos, la energía emocional va a ser trascendental. Más que Gefes (gestores de felicidad) opto por los (Re)Genermo (Regeneradores de energía emocional).

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