Sentirse seguro y dueño de la verdad

Llevo un tiempo sorprendido por la manera con la que algunas personas hablan, con la falta de dudas razonables en algunos planteamientos, con el poco respeto por pensamientos diferentes, y en el fondo, con esa íntima certeza con la que algunos exhiben públicamente la seguridad que les da ser dueños de la verdad.
Necesidades humanas según Maslow

Sentirse seguro es un reflejo emocional de comodidad, de satisfacción, derivado de la ausencia de elementos potencialmente dañiños. Es una necesidad humana ya enunciada por Maslow. Entre los factores que la desencadenan está el de ser conocedor de la contundencia de unos argumentos o de la confianza en la enseñanza de la propia experiencia. También nos sentimos seguros cuando tenemos certeza de que hay personas significativas para nosotros que nos quieren, o cuando hemos alcanzado un grado estima personal suficiente para poder ser autónomos en ciertas facetas de la vida. Es evidente que la seguridad personal es un elemento fundamental para el desarrollo personal, pero no un punto final de éste. Entiendo que una vida equilibrada debe tener una dosis de incertidumbre que desde luego tiene que ver con la propia esencia de la vida.

Habría que aceptar que solo hay una verdad, una manera de hacer las cosas para poder sostener con coherencia la bandera de la posesión de la misma. En muchas materias este planteamiento solo refleja ignorancia y una necesidad de autoafirmarse ante quien sabe qué fantasmas personales. Qué curioso que la reflexión sobre la percepción de la posesión de la verdad me termine llevando a la inseguridad personal. Sinceramente creo que la seguridad más sana emocionalmente es la que proviene de la mezcla entre la inquietud por aprender permanentemente y la confianza en que los recursos personales permitirán salir de las incertidumbres con las que nos topemos en la vida.

Como no podía ser de otra forma este post solo es una aportación a un debate al que invitamos a todos los lectores.

Comentarios

  1. je je. Me siento aludido con este post, ya que tiendo a ser así en muchas ocasiones, aunque intento corregirme un poco y voy mejorando. No obstante da para mucho este post. Creo que esto conecta mucho no solo con otras emociones sino con comportamientos y actitudes….. Puede parecer que hablar con posesión de la verdad no trae nada bueno y además, parece que es muy evidente que no gusta y no está muy aceptado, ¿Entonces? ¿Por qué a mí y a muchas personas que conozco nos cuesta hablar de otra manera? No se en los demás, pero en mi caso intuyo lo siguiente:
    1º.- Hay veces que me siento seguro y firme, pero no pretendo ser dueño de la verdad ni me lo creo, pero puedo no dar esa impresión. El título del post junta con un “y” ambas cosas en lugar de decir llanamente “sentirse dueño de la verdad”…
    2º.- Muchas veces es un forma de hablar o expresarme muy inconsciente que no domino en el momento de facilitar conocimiento a otras personas y suele ser poco acertado por mi parte. Puede tener que ver con cómo me han hablado a mí, a veces con creerme más listillo que la otra persona en ese aspecto ( y el subconsciente me traiciona) a veces porque no deseo dejar incertidumbres abiertas o claras en mi exposición que permitan discutir o profundizar y por ello quiero simplificar tanto... o sencillamente porque deseo dar una imagen de fortaleza por 1000 motivos diferentes Otras veces es porque es un descubrimiento nuevo o reciente que me emociona y no quiero que nadie me lo estropee...Porque ciertamente, en ocasiones hay muchos aguafiestas…
    3º.- Identifico cierto placer en ver sentidos únicos a las cosas, a pesar de que me considero una persona que creo firmemente que muchas cosas en la vida pueden tener diferentes caminos y verdades…
    4º.- Como he aprendido a expresarme: en mi familia creo que algo de esto hay y se me ha pegado. También ha habido otras personas de referencia (sobre todo profesores/as) que en su estilo de enseñanza, daban lecciones absolutas y tal vez se me haya pegado e inconscientemente asocio y/o copio esas formas de hablar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me ha llevado bastante tiempo comenzar a contestar tu comentario que es mñás largo que el propio texto del post. Lo primero en lo que quiero reparar es en el título. Intentaba hacer referencia a que sentirse seguro no tiene porque llevarnos a sentirnos dueños de la verdad. Creo que es importante confesar que este post nació como respuesta a un enfado que me generó un debate con una persona en la red. Intentaba explicar que hay que medir la seguridad con la que nos relacionamos porque puede ser bastante negativo tanto para nuestro desarrollo, como para nuestras relaciones.

      Eliminar
  2. (sigue del anterior comentario, que no me cabía todo)
    5º.- En otras ocasiones ciertamente lo uso como estrategia de defensa para demostrar que no estoy para bobadas, sobre todo ante posturas intolerantes. Es decir, ante fantasmas bien reales y poco imaginarios...
    6º.- Muchas veces interpreto que las expectativas hacia mí de otras personas son que me expreses con seguridad, con claridad y a veces me paso de simple.
    7º.- Cierta sensación de inmediatez y rapidez acentúa en mi hablar de esta manera. Sobre todo, cuando no me permito tener tiempo para escuchar ideas contrarias, o no deseo participar en un debate, o no deseo incorporar en ese momento otras opciones. Sencillamente no es que no quiera escuchar nunca otros argumentos o me crea mejor, sino que sencillamente en "ese momento" no estoy para escuchar por el motivo x que fuera. Luego, cuando estoy más tranquilo, me muestro abierto y menos firme.
    8º.- Cuando discuto, y además estoy compitiendo en esa discusión, pues me sale como forma inconsciente de agresividad…, aunque reconozco que en muchas ocasiones no da buenos resultados, en otras si..
    9º.- Hay veces que detecto gente muy sensible también ante esta actitud. Gente más susceptible que también le recuerda a sus propios fantasmas en ocasiones. Me he encontrado con personas que parece que sienten cierta "envidia" por mi seguridad, me plantean mil dudas, aspectos muy poco relevantes, totalmente circunstanciales, no centradas... con el fin de distorsionar mi planteamiento en lugar de plantear dudas y cuestionamientos de calado. Pero en ese momento no saben señalártelas (o no las tienen) y te plantean otros elementos….
    10º.- Muchas veces noto que en ocasiones, ante realidades percibidas por mi como “muy complejas”, cierta simpleza, para encontrar sentidos que me ayuden a ordenar las ideas. Por eso, a veces planteo una visión o solución única, porque me resulta útil como punto de partida, sabiendo que cuando me sienta más seguro y/o tenga más recorrido, más experiencia o más tiempo o más calma plantearé las cosas de forma menos firme, menos única, y más abierta…
    Para sentirme seguro a veces soy muy abierto y a veces no tanto, dependiendo de mis circunstancias, tanto externas como internas. Y por otro lado también tiene mucho que ver con mi historia, con como la he interpretado y con como he aprendido a expresarme…. En fin.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con respecto a las situaciones que describes lo primero agradecerte que las compartas. Y en segundo lugar algunos comentarios:

      - Me encanta que te haya tocado y que pienses que da mucho juego. Desgraciadamente la piedra lanzada en el post es menos interesante que tu aportación. Habrá que pensar en cómo integrarlas.

      - Veo que has hecho un análisis muy extenso de las situaciones y de las razones por las que te expresas con seguridad. Lo que sucede es que la expresión solo es una parte, y posiblemente la menos importante, de la sensación de seguridad de la que hablaba. Admites que eres flexible y que entiendes que puede haber más de una respuesta a muchas preguntas. Esta es la clave. La expresión muchas veces nada tiene que ver con la emoción o con el sentimiento que tiene la persona que está hablando.

      - En cuanto a la expresión de esa seguridad, o mejor dicho, la expresión segura de nuestras ideas me parece un factor que se diluye en el contexto. Es decir hablar con seguridad en un contexto de debate laboral me parece muy util. Tal vez menos cuando el tema sea personal o emocional.

      Seguiré dandole alguna vuelta más...

      Eliminar
  3. Miren nos envía este comentario:

    Estoy de acuerdo con casi todo, excepto con lo de que esto lleva a la inseguridad. la unica verdad absoluta, es que no existe una única verdad,depende de cada quien, y nadie puede imponer a nadie su verdad, y nos sentiremos seguros de nosotros mismos, cuando aprendamos a respetar las verdades de los demás. ¿es esta la unica verdad? Si p entonces q??? No es mi verdad....... Por tanto estando claro en esto no tengo que sentir inseguridad, hay que estar abierto para poder ir cambiando , o adaptandonos a todo lo nuevo que vaya apareciendo en nuestras vidas...... AAAAHHHHHHHHHHHHHH.........
    ja,ja,ja . no se si todo esto tiene coherencia, ja, ja, ja
    Lo que quiero decir es que no es necesario que sintamos la necesidad de estar en posesion de la verdad, sino conformes, satisfechos de nosotros mismos por actuar en coherencia con lo que pensamos.

    ResponderEliminar
  4. En relación con la "verdad", cuando hablo con otras personas y sobre todo con los más pequeños, en los grupos, suelo poner un ejemplo. Os lo dejo por si pudiera servir.

    La verdad es como un cubo de Rubik que está solo hecho en una de sus partes y lo dejamos sobre una mesa. Si lo observan diferentes personas, desde distintos lados... alguna lo verá "hecho", otras "medio hecho" y aún quedará una cara que por estar apoyada en la mesa nadie verá. Esa es "la verdad"...según donde nos coloquemos respecto de un comentario, de una acción... de una "verdad" todo puede variar...lo que tenemos que saber es que es "nuestra verdad" pero eso no quiere decir que sea la de todo el mundo.
    Necesitamos trabajar el RESPETO y la UNIDAD EN DIVERSIDAD!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Qué significa sentirse raro y/o extraño y cómo afrontarlo

El amor se riega todos los días

Besar a un desconocido, lo que no sabemos sobre nosotros mismos.