Emoción y creatividad

¿Qué relación hay entre creatividad y emoción?

¿La realización de actividades creativas puede jugar un papel en la mejora de las competencias emocionales?

¿De que forma se articulan estas metodologías?


La relación entre creatividad y emoción es de ida y vuelta. La emoción facilita la creatividad. Cuanta más capacidad de interiorizar en las emociones dispondremos de más conexiones útiles para la obtención de productos nuevos. La complejidad es según Mihály Csíkszentmihályi un factor de la creatividad individual y ésta tiene un importante componente emocional.

Una primera relación es la necesidad de tener una rica y variada vida emocional, así como un rápido acceso racional a la misma como sustento base de los procesos individuales de creación.


Pero a la vez la creatividad es vía de acceso a nuestro mundo emocional en tanto en cuanto establece una conexión no mediatizada por la razón. Esto supone otro elemento clave puesto que nos permite acceder de manera indirecta al mundo emocional. No solo podemos expresar intencionadamente nuestras emociones, sino que éstas fluyen en los productos artístico-expresivos en los que la creación está presente.


La flexibilidad que requiere la creatividad es de naturaleza global y afecta a la capacidad de observar, de percibir, de relacionar, de establecer nuevas asociaciones entre estímulos internos y externos. Esa no rigidez - flexibilidad que resulta un factor de creatividad, en su carácter global, tiene que ver también con los estímulos emocionales. Otro factor de creación es la realización de conexiones nuevas entre elementos, la configuración de asociaciones no realizadas con anterioridad, la originalidad.

De este modo encontramos que la creatividad a través de la flexibilidad y las nuevas conexiones permite generar acercamientos diferentes hacia nuestras emociones de forma que se reconstruye el relato relacionado con éstas. Este juego de visiones amplia el horizonte de nuestro mundo emocional, facilita la salida de las dinámicas endogámicas de algunas emociones y nos centra más en el proceso emocional que en cada una de nuestras emociones aisladas.


La música nos conecta frecuentemente con estados emocionales diferentes en un mismo espacio temporal. La escritura se nutre de mundos emocionales que suelen estar escondidos en nuestra cotidianidad. El teatro nos permite el sano juego de la interpretación de quienes no somos desde su sombra en nosotros. La danza, la creación audiovisual y cualquier otra manifestación artística nos dan la posibilidad de relacionarnos con nuestras emociones de una forma distinta.


Entrenando emociones ha ido elaborando a fuego lento una metodología en la que usando técnicas y dinámicas de creatividad y expresión podemos mejorar nuestras competencias emocionales. Podéis bajaros este documento en el que presentamos más ampliamente las bases de la metodología. Pero en cualquier caso y como resumen de lo que se trata es de encontrar en la persona la vía de expresión en la que se encuentre más cómodo para que, a través de un proceso creativo, aprenda y entrene nuevas competencias emocionales.


¿De qué forma la creatividad te ha ayudado a manejar mejor tus emociones?

¿Tienes alguna experiencia personal que quieras compartir?



Bibliografía:
Barauna, T. y Motos T. (2009). De Freire a Boal. Ciudad Real. Ñaque.
Csikszentmihalyi, M. (1996). Creatividad. El fluir y la psicología del descubrimiento y la 
invención. Barcelona: Kairós.
LAFERRIÈRE, G. (1997). “La Pedagogía puesta en escena”. Ciudad Real: Ñaque. 
Laferriére G. y Motos T. (2003). “Palabras para la acción”. Ciudad Real. Ñake. 
Motos, T. (1999). “La formación en expresión·”. Revista Ñaque, 7, pp. 8-16. 




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