Me aburro, ¿qué puedo hacer?

Hace unas semanas me explicaba mi hijo adolescente que había estado con sus amigos y que se había vuelto a casa antes de tiempo porque se había aburrido. Le prometí en ese momento escribir un post sobre el aburrimiento. La verdad es que siempre me ha inquietado mucho ese sentimiento porque me parece francamente negativo. Lo mejor que se me ocurre del aburrimiento es que, como señal emocional de alarma, suele ir acompañado de una necesidad de combatirlo.


Me aburro cuando la actividad que realizo me resulta poco estimulante. Esto puede ser hacer una actividad mecánica o si cuando mi conducta no está relacionada con una elección vinculada a una necesidad o a un interés personal. Por lo tanto el aburrimiento pone de manifiesto lo que no nos activa mental y emocionalmente, así como lo que no nos motiva ni interesa.


La dinámica circular del aburrimientoEl aburrimiento también interactúa con la pereza, puesto que inactividad y el aburrimiento forman parte de una misma dinámica. Si decido no hacer, ésto limita los estímulos con los que voy a tropezar y lógicamente aumentará la posibilidad de que me aburra. El círculo del proceso del aburrimiento se cierra con la dificultad de tomar una nueva iniciativa que rompa con él. Sencillamente cambiar de actividad, pensar en otras nuevas cosas que hacer sería el camino de salida, pero cuando una persona está invadida por el aburrimiento esto resulta especialmente complejo. Un esquema del funcionamiento del aburrimiento podría componerse de una acción derivada de una primera toma de decisión, la aparición del aburrimiento como efecto de la acción, la difilcultad de reacción, así como la presencia de pensamientos circulares sobre lo aburrido de la situación.

Aburrirse ayuda a desactivar la actividad. Si me aburro no suelo tener ganas de hacer nada, incluso puedo interpretar el tedio como cansancio. Aburrido todo parece costar más esfuerzo y, por lo tanto, es una emoción que invita a no hacer y así genera entornos de aburrimiento por la falta de estimulación interesante.


El aburrimiento forma parte de la vida, pero la vida no es nada aburrida.

Hay ocasiones en las que es complejo salir de una situación aburrida puesto que forma parte de muchas rutinas de nuestras vidas. Tenemos que acometer muchas tareas a lo largo de la vida que no resultan "estimulantes" y de las que no podemos (ni debemos) zafarnos. También existen estrategias personales que buscan la constante estimulación y huyen del aburrimiento con el objeto de mantenerse en un estado de pseudoeuforia gratificante. En realidad no solo tenemos que realizar una gestión eficaz y realista de nuestro aburrimiento, sino que es conveniente aprender a convivir con él como elemento integrante de nuestro  mundo emocional.

Más allá del mero análisis del aburrimiento como emoción quedaría apostillar una reflexión sobre la necesidad de estimularse, de explorar para obtener un crecimiento personal. Lo que más me molesta del aburrimiento es la vinculación que mantiene con la apatía, con la pereza, con la pasividad, con no tener la conciencia de la importancia de aprovechar el paso del tiempo. También es cierto que esta inquietud de la que hablo, esta necesidad de avance personal tiene que ver con la motivación y con cierto grado mínimo de confianza en las propias capacidades.

Nos aburrimos todos pero solo los más inquietos consiguen disfrutar del tiempo de vida. Vivir sin dejar que el tiempo pase, sin consumirse con su lento transitar, implica buscar lo que de estimulante haya en cada momento en nuestro entorno, significa esforzarse por estar activos.

Cuando mi hijo lea esto y vuelva a aburrirse espero que haya entendido que lo que haga a partir de ese momento no solo va a influir en ese estado puntual, sino en su capacidad de disfrute de la vida con mayúsculas.

Comentarios

  1. Hola, soy Javi. Este artículo no me ha aburrido nada de nada.
    En la adolescencia es quizás un sentimiento bastante más común que en otras épocas, ya que es un momento de lucha interna por nuestra autonomía, así como el periodo en que se forja nuestra personalidad y existen más momentos de dudas e indecisiones, de vacios.
    El aburrimiento en la niñez, sin embargo, está más centrado en la dependencia hacia los adultos, así como la falta de destreza de la gestión del tiempo.
    Para acabar, diré que para mi ahora es un sentimiento ligeramente anhelado, ya que a veces se echa de menos una tarde de tumbing/tocarse la barriga, aunque pensandolo mejor, no se si tiene mucho que ver con el aburrimiento...

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  2. Hola Javi:

    Un placer tu visita y tu comentario.

    Tomo nota para hacer un post sobre los niños y el aburrimiento. Muy interesante sugerencia.

    Descansar no es aburrirse. Necesitam,os descanso, otra cosa es que a veces disfracemos la pereza de cansancio para justificarnos pero eso también es otro tema.

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  3. Hola Pablo , soy una, se puede decir ex-alumna, pero como me he hecho incondicional de este rincón, tengo la sensacion de que continuo en clase y no creo que me aburra, pues es muy interesante, y relacionado al aburrimiento, si que es cierto que en ocasiones la monotonia, el trabajo que se hace por causa de la costumbre automatico y en ocasiones aburrido??? yo personalmente siemopre he pensado que el aburrimiento nos lo confeccionamos nosotros mismos por no saber sacar de cada momento y de cada acción algo positivo,debemos encontrar la forma de darle la vuelta aprender y no cometer el mismo error, en definitiva que el aburrimiento, la suerte, la tristeza en muchas ocasiones lo origina el propio individuo, cuando deberiamos pensar que como dice el refranero " no hay mal que 100 años dure. Marisa

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  4. Hola Marisa:

    Bienvenida a este rinconcito virtual. Aquí nos encontramos gente con inquietud por saber más del mundo emocional. Nada de alumnos y profesores, todos igualados por nuestra emociones y por nuestras inquietudes. Un placer poder seguir manteniendo a través del blog el contacto y la comunicación.

    Pablo.

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  5. lo que voy a escribir, quiza resulte raro, soy de Argentina y tengo 51 años, veo a mi hijo adolescente y a sus amigos y otros chicos. Yo cuando esra niña, me entretenia con cualquier recuerdo jugar a la emfermera con mis muñecas, plantar florcitas en la tierra,nos entretenia a los de mi generacion!!!!!, hoy en dia mi hijo solo se entretiene con la compu , los juegos de la play , me parece bien....solo que pienso que nosotros eramos mas curiosos, con la naturaleza , con todo aquello que nos rodeaba, hasta con las tareas cotidianas de nuestros seres queridos. Nos despertaba la curiosidad lo mas minimo que nos rodeaba y que veiamos.Les aclaro que mi niñes trascurrio en un pequeño pueblo agricola ganadero,Es tan generosa la naturaleza con lo que te da, permite que tu mente sueñe, algo tan hermoso en un niño.

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  6. Hola. Yo soy una adolescente de 16 años, que ha terminado 1º de Bachillerato. El caso es que ese aburrimiento que tú, el autor de este texto, describes, coincide exactamente con lo que yo siento muchas veces. Acabo de meterme en Internet y, como estaba "aburrida", he decidido teclear en google: me aburro, ¿qué hago?. Y me ha aparecido este blog. Lo he leído como tres veces y he llegado a la conclusión de que sí, tienes razón.
    Nosotros, los adolescentes, solemos aburrirnos porque necesitamos esos momentos para conocernos a nosotros mismos, pero, bueno, tú lo has descrito maravillosamente, para qué aportar más. Excelente entrada.
    (Y ya que estamos, cuando me aburro, suelo escribir en: vivirsincolor.blogspot.com, es mi blog, y, bueno, si tú hijo o tú o cualquiera de tu familia se aburre... ya tiene algo que hacer: echarle una ojeada a mi blog. Muchas gracias.)

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