Elementos de nuestro método de entrenamiento emocional: (1) espacio de creación

Abordamos el trabajo emocional desde una perspectiva polidimensional. Por una parte entendemos que el trabajo debe ser vivencial, basado en la experimentación, en el juego que da el uso de las técnicas de expresión y creatividad o las del teatro social. Por otra parte buscamos un encuentro de la persona con sus emociones a través del grupo, y del acercamiento a las suyas propias. Utilizamos al grupo como catalizador a la vez que como protector, la persona se ve estimulada por el grupo pero a la vez recibe su apoyo, incluso su protección. El teatro y el trabajo en grupo suponen también una posibilidad de trabajo sobre situaciones ajenas, permitiendo así el entrenamiento y crecimiento aunque hay un bloqueo para trabajar sobre algo propio. Y por último propiciamos una reflexión que busca avanzar puesto que el encuentro con las emociones propias dentro de este contexto del laboratorio está intencionalmente dirigido a la mejora personal, a la gestión eficaz de las emociones.

El primer capítulo de esta serie sobre nuestro método tiene que ver con el espacio de creación.

Cuando M. Csikszentmihalyi se refiere a “entornos creativos” (1996:157) introduce una de las primeras claves metodológicas del método “entrenando emociones”, que no es otra que la posibilidad de generar contextos facilitadores de la actividad creativa en cualquiera de sus fases. Partiendo de esa base teórica hemos desarrollado varias claves que nos parecen adecuadas para la consecución de este primer elemento:

Grupo trabajando en un espacio de creación
1.- Espacio sin juicio. El trabajo se plantea siempre desde el punto de vista de que todo lo que se haga, todo lo que suceda en el tiempo de taller, de experimentación es correcto, es valioso. La consigna que reciben los participantes es que se va a realizar un trabajo individual en un contexto grupal y que por ello el punto de evaluación no se sitúa en los productos de la acción sino en los procesos individuales que se vivan mientras se trabaja. Un espacio sin juicio es un lugar agradable y, también, puede tener características (físicas, emocionales, arquitectónicas y de otros tipos) que rompan con los estereotipos de un lugar de trabajo o de formación. El espacio sin juicio es en sí mismo una invitación a salir del espacio de seguridad de lo habitual, de lo conocido, un espacio que se construye mientras la experiencia va teniendo lugar, como aquella casa que va siendo decorada por el habitar.

2.- Desencadenantes no verbales. El “elemento desencadenante” (2003:55) para G. Laferrièrre y T. Motos se trata de, en el contexto del juego dramático, “un punto de apoyo concreto, un soporte sólido y fiable que permitirá al participante pasar tranquilamente de la realidad al universo de la ficción”. En nuestro caso empleamos como elementos desencadenantes objetos polifuncionales (cajas de cartón, ramas de árboles, pañuelos de colores, globos, sillas, etc.…) que combinamos con música y ocasionalmente con imágenes como punto de partida para el trabajo de producción de respuestas divergentes ante una misma consigna. Estos “desencadenantes” configuran un universo estimular y tienen la función de señalar que el cada participante está invitado a interactuar con ellos con registros de expresión no verbales.

Grupo expresandose de manera no verbal
3.- Expresión alternativa a la verbal. Toda actividad propuesta se contempla a través de una conducta comunicativa que busque vías o registros diferentes a las verbales para vehicularse. El uso del propio cuerpo en relación con el de los demás o de la música, la utilización de elementos físicos o gráficos para lanzar un mensaje obliga al participante a activar repertorios poco habituales de su conducta comunicativa, le introduce en la necesidad de buscar recursos en el pensamiento divergente que le ayuden a solventar la situación. Lo verbalizado, lo racional, llegara en fases posteriores del trabajo.

4.- Juego, la clave del disfrute. El último elemento que completa la primera parte de la receta de “entrenando emociones” tiene que ver con el valor de encontrar deleite, disfrute en el proceso que se está realizando. En enfrentamiento con una tarea que requiere de hacer introspección, de trabajar en grupo y de manejarse con registros expresivos poco habituales suele tensar e incluso bloquear a algunos participantes. El juego introduce el valor de la recreación en el proceso, de la exploración en clave positiva y de la generación de confianza a través de la acción lúdica. Según G. Laferrièrre y T. Motos el juego dramático, en el que nos inspiramos, tiene su fuente “en el juego espontáneo del niño” (2003:132) y se adereza por “la intervención de un adulto cuya función es la de “hacer respetar cuidadosamente el ritmo de cada participante” para que se constituya en espacio “incompatible con el espíritu de competencia y con el juicio estético o no constructivo”.




Bibliografía referenciada:
Csikszentmihalyi, M. (1996). Creatividad. El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención. Barcelona. Kairós.
Laferriére G. y Motos T. (2003). “Palabras para la acción”. Ciudad Real. Ñaque.

Comentarios

  1. No se si a alguien le pueda interesar los pensamientos y decisiones de un ser que se niega a entregar la cuchara de la comodidad y el desinterés por los demás. Yo me niego al acomodo y seguiré luchando a mi modo por este mundo caduco e inservible que nos están dejando y sin remedio:
    Un abrazo

    Antonio

    Ha trascurrido su año repleto de esperanza, como un grano de trigo a gestado en su corazón, que cogió fuerza para poder sortear los vientos y las galernas que azotarán sin pausa por veredas encharcadas, por el que se filtrará buscando en el paisaje de su alma.
    ¡Nuevo año! Dejando atrás generosos y copiosos descubrimientos, que han iluminado su camino. Esos seres dadivosos que estaban ahí, pero que no encontraba, y es que ya los conocía pero su mensaje no caló en su alma.
    Ha compartido con Wuitman su angustia y su dolor, también su ira contenida y sus alegrías. Ha sentido llorar al lagarto y a la hormiga, suspirar al caballo, y a la alondra que le miraba desde una rama de Castilla. El gorrión ondulaba y le incitaba desde su nido en la encina.
    Ha sentido el llanto del niño, la opresión hacia el anciano y la ofrenda a la mujer. Ha maldecido con rabia el mundo que le rodea y al ser que puebla la tierra. No se ven caminos nuevos ni gentes que los transiten.
    Dios se ha ausentado de este mundo… Si es que algún día existió.
    Sólo el silencio le acompaña. Sólo recuerda los surcos que aquel arado romano con el acero en su punta, ahondaba en lo profundo de su tierra, para caminar por ella, acompañando al aire que limpiaba su impureza, sembrando buena semilla que año tras año envolvía para volver a nacer.
    “Riman los sueños y los mitos con los pasos del hombre sobre la tierra”.

    Alguien tocó su puerta. Él se la abrió, le dio cama y puso unas papas más en el puchero. Un puñado de leña se quemaba en la cocina, para calentar su corazón que da vida a su cuerpo que no entiende la vida.

    Decía Prometeo:
    “La poesía no es más que un sistema luminoso de señales. Hogueras que encendemos aquí abajo, entre tinieblas encontradas, para que alguien nos vea, para que no nos olviden”

    Un año más dispuesto a seguir vivo y lleno de sueños. Nada ni nadie detendrá a este caballo viejo con la sangre a flor de piel y dispuesto a galopar por las llamas del infierno. Inalcanzables utopías. Multitud de sueños. ¿Qué mayor sueño que sentirse la nada, que no eres nada en la vida y lo que eres se lo debes a los demás que comparten tu existencia?
    Existir es una locura. Una ensoñación que despierta con la muerte. Y el cuerpo es el despojo de una vida que busca su destino que sonríe a su muerte.
    Molina 08/01/14

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