Pareja y amor. Algunos problemas.

Muchas de las aportaciones que ha hecho la red de colaboradores en relación con la reflexión sobre el amor han girado en torno a la relación entre amor y pareja. Concretamente los temas comentados han sido:
  • La dificultad para elegir pareja, o una vez metidos en una relación la dificultad de elegir a esa persona como pareja.
  • La relación de interés que se da en muchas parejas y que nada tiene que ver con el amor.
  • Algunas creencias en torno a la pareja como el mito de la media naranja, la indisolubilidad de la misma, etc.…
  • El complejo asunto de razón y sentimientos aplicado a la relación de pareja. Es decir las necesidades no cubiertas y cómo gestionarlas. El papel de terceras personas en ese contexto. Todo el problema de la infidelidad y del poliamor.

Amor y elección.

No cabe la menor duda que la emoción y el sentimiento discurren por sendas diferentes a la de la razón. Lo que sucede es que en el ser humano conviven estrechamente y deben convivir. Es evidente que analizar las situaciones humanas solo desde el prisma emocional es completamente equivocado puesto que sería incompleto. Por lo tanto hay que entender que cuando un individuo se enfrenta al hecho de manejar sus emociones de amor por otra persona y a gestionar una relación de pareja surgen los conflictos.

No hace mucho escribí un texto para una boda del cual os voy a extractar algún párrafo:

“Eligieron conocerse y ser amigos, pero no eligieron enamorarse porque el amor los eligió primero. Eligieron cuidarse, respetarse, escucharse y admirarse… y desde entonces se han cuidado, respetado, escuchado y admirado cada día.
Enamorarse es fácil. Las más de las veces sencillamente llega, de manera inesperada, irracional, casi loca e incluso inconveniente. El amor nos pone la vida del revés, cambia nuestras prioridades, y es que da sentido a nuestro vivir. Nuestra vida parece alcanzar plenitud al amar, somos polvo enamorado. Es puro azar que dos personas coincidan y se conozcan, y es un misterio cómo y porque salta la chispa del amor justo entre ellos. Lo inexplicable lo hace más interesante. Lo realmente difícil es alimentar el amor, hacerlo crecer. Ya que nos viene sin preguntar, dulce fruto de la casualidad, si queremos querer, si queremos amar de verdad es imprescindible elegirse todos los días.”

El amor evoluciona con el tiempo y la relación de pareja modula esta evolución. Es fundamental ser honesto consigo mismo y con la pareja para saber donde está el sentimiento de cada uno y cómo la relación de pareja influye en éste. Evidentemente este es el centro de la mayor parte de los problemas de pareja.

Interés, necesidad, amor y pareja.

Cuando se construye una pareja comienza la convivencia entre razón y emoción. El lazo que une a dos personas debería ser incondicional pero no suele serlo. El primer error es esperar, es contar con que la pareja va a cubrir nuestras necesidades en muchos aspectos algunos de los cuales no tienen nada que ver ni con el amor ni con la relación que se establece. Es lógico pensar que en la medida que la interacción de la relación sea más satisfactoria el lazo creado y el sentimiento de amor se desarrollarán y crecerán. El problema surge cuando no sucede así. Cuando la rutina, el egoísmo, el interés prevalecen al otro y al sentimiento de amor la relación se desliza peligrosamente hacia  el vaciado emocional de la misma. Y si una relación solo se mantiene por la costumbre, por miedo, por dependencia o por interés deja claramente de ser una relación de amor.

Pero, ¿cual es el límite, cual es la barrera en la que amor y pareja dejan de ir juntos? Es claro que cada pareja debe contestar a esa pregunta. Pero desde mi punto de vista la clave es la desaparición de cualquier indicio de enamoramiento y la desvinculación de la felicidad de uno con la de la pareja. Aunque el sentimiento evolucione debe mantener su esencia. El tiempo atenúa la intensidad de la locura inicial pero eso no significa que esto justifique su desaparición. Por otra parte la relación debe construirse siempre desde el respeto y el deseo de complementar al otro, por lo que entrar en un juego contractual en el que doy en función de lo que me dan es prostituir la relación de pareja.


Poliamor e infidelidad.

Si entendemos que la complementariedad absoluta es muy difícil que se de entre dos personas que se aman es fácil llegar a la conclusión de que hay espacios que quedan desatendidos. Si bien muchas veces cuando se inicia una relación la sensación de plenitud es muy grande, también sucede que ésta con el tiempo se va moderando. Es posible que mientras se mantiene una relación de pareja otras personas puedan hacernos sentir amor. Hay personas que mantienen que el poliamor es posible y sano en la medida en que la honestidad sea la pauta de conducta. Sinceramente creo que personas que estén bien equilibradas emocionalmente podrían establecer relaciones múltiples pero también es cierto que entiendo que son situaciones muy complejas y difíciles de manejar bien.

La infidelidad es semejante al poliamor. Se entiende que la vida sexual de una persona pertenece a su vida de pareja. La historia está llena de ejemplos de cómo las personas de casi todos los tiempos y civilizaciones han sido infieles a sus parejas. Hoy en día hay corrientes de opinión que entienden que si hay honestidad en la pareja y es aceptado por los dos la infidelidad no tiene porqué ser negativa. El hecho es que en la mayoría de las ocasiones la infidelidad tiene que ver con el engaño y la mentira.

Tanto poliamor como infidelidad señalan espacios de insatisfacción de una persona con aspectos de su vida de pareja. Y en tanto que señales son útiles para la mejora emocional de la relación. 

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