Ser imprescindible


¿Eres imprescindible?
He dedicado estos meses a la lectura de un par de libros que recomiendo. Se trata de "El elemento" de Ken Robinson y "¿Eres imprescindible? de Seth Godin. Coindide que también ha caído por mis manos esta conferencia del pedagogo italiano Francesco Tonucci que os recomiendo:
https://www.youtube.com/watch?v=aYQm7uWuEwI

Los dos primeros confluyen en algunos de sus planteamientos, o al menos han conectado varias de sus piezas para que yo llegue a ciertas conclusiones.

¿A qué debemos  dedicarnos? ¿Qué es lo que resulta más interesante hacer en la vida? Estas son preguntas claves a las que responder ambos autores desde distintos prismas pero con parecido resultado. Ken Robinson enfoca el asunto desde el punto de vista de la educación. Hace obsevaciones muy sugerentes sobre la perspectiva del niño, de cada niño en concreto, y de cómo el sistema educativo ignora o no tiene en consideración las pasiones de los alumnos. La principal aportación viene dada de su referencia al elemento, que parece ser algo así como un conjunto de acciones en las que el niño (aunque podría ampliarse a cualquier persona) al realizarlas encuentra una satisfacción vital importante no comparable con las que otras actividades puedan proporcionarle.
El elemento

La perspectiva  de Seth Godin es diferente, se trata de una perspectiva laboral. Explica con mucha sencillez cómo hay personas que se hacen imprescindibles en las empresas pero no por sus conocimientos, por sus cargos o por otro tipo de variables clásicas. Para él la clave es convertirse en eje, una especie de artista que emplea ciertas habilidades personales para realizar tareas de una manera que pocas personas pueden hacer y que resultan fundamentales a sus empresas. Pero el eje además actúa por la satisfacción de hacerlo. En este sentido uno de los elementos que definen al eje es que su arte lo regala y con ello nos introduce en la interesantísima cultura del regalo. Es evidente que todos trabajamos por un sueldo pero, según Godin, los ejes ocupando los mismos empleos que otros hacen cosas a las que no están obligados, que a la vez les sale hacer y que marcan la diferencia, precisamente porque son un regalo, porque no las hacen porque deban sino porque disfrutan haciéndolas.


Llevo tiempo rumiando estas lecturas y algunas de las perlas que he extraído de ellas. Pero me gustaría compartir con vosotros, lectores, una visión personal sobre lo que creo que realmente es imprescindible para las personas.

Parto de la evidencia de que hay personas que son imprescindibles para otras. las razones pueden ser muy variadas, pero el hecho es que las hay. Uno no elige ser imprescindible para alguien, sencillamente se hace. Hablo desde un punto de vista emocional, desde un punto de vista de humanidad. Por contra creo que es primordial que uno mismo se sienta imprescindible para si mismo. Me da la impresión de que los miedos, el cerebro reptiliano como dice Godin, la falta de confianza en uno mismo, el quitar importancia a las cosas que nos llenan y por contra dedicarnos a lo que les importa a los demás, son constantes situaciones a las que nos enfrentamos todos y ante las que no nos solemos defender. Ser eje, artista, encontrar el elemento propio que nos satisfaga es saber que hay que vivir caminando sin mapa, o con la única referencia válida de nosotros mismos. Seguramente es un camino en el que muchas veces nos veamos solos, puede que signifique remar contra la corriente, pero en definitiva es un sendero pequeño, estrecho, mal marcado por el que llegamos a la felicidad.

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